martes, 17 de agosto de 2010

¿Pagamos menos impuestos que los europeos?

La "reflexión en voz alta" del ministro de Fomento sobre la necesidad de elevar los impuestos en España ha vuelto a disparar todas las alarmas. José Blanco aseguró el domingo que los impuestos españoles son bajos en comparación con los que se pagan en Europa, una afirmación que no sólo hace temer un inminente incremento de la presión fiscal (28 días después de la última "reflexión personal" del ministro se anunció el alza del IVA) sino que abre la puerta a las especulaciones sobre la dirección que adoptará esta medida.

Pero, ¿es cierto que los españoles aportan menos a las cuentas públicas que los europeos? ¿De qué partida tirará el Gobierno cuando ya ha subido el IVA, las rentas de capital y del ahorro?

El presidente del Gobierno planteó hace unos meses la subida del IRPF de nuevo (tras retirar la desgravación de los 400 euros), esta vez para "los que más pueden" y, en el Ministerio de Economía y Hacienda se trabaja en la articulación de esta decisión sobre una base más amplia "un pequeño, modesto y muy limitado" ajuste del IRPF que recogerán los Presupuestos Generales del Estado. Este ajuste no será lineal, sino que se aplicará corrigiendo al alza la progresividad ya muy acusada de este impuesto.

La posibilidad de incorporar una nueva figura impositiva se diluye, según algunos técnicos de Hacienda, porque un nuevo impuesto está en contradicción directa con la transitoriedad que se quiere dar a la subida del impuesto, de hacer caso a Hacienda.

En este año, han subido el impuesto sobre renta personal Francia, Grecia, Letonia, Portugal, Eslovenia y Reino Unido y lo han bajado Dinamarca, Finlandia, Alemania y Hungría.

El impacto del IRPF en relación al PIB de cada país (que salva la polémica entre presión fiscal y esfuerzo fiscal) está 1,7 puntos por debajo de la media de la UE a 27 y entre países de referencia es 1,5 puntos inferior a Alemania y muy semejante, aunque levemente superior, a Francia, Luxemburgo y Holanda.
Campa no habló de subidas de impuestos

Por otra parte, en Economía reina el desconcierto. La semana pasada, el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, se refirió al relajamiento de las restricciones para inversiones en obras públicas sobre la base de la holgura que dejaba la normalización del coste del servicio de la deuda, que permitía liberar una cantidad importante (unos 500 millones de euros), pero asegurando que si surgieran necesidades financieras se recurriría a incrementar los ajustes, a reducir gastos lo que sea necesario. Nada de subir impuestos.

Dentro de la vaguedad de las intenciones del Gobierno, o de alguno de sus miembros, la posibilidad de tocar otros impuestos son estratégicamente delicadas pensando en la atonía de la actividad.

El IVA ya se ha elevado y su repercusión sobre el consumo todavía no es apreciable, pero una mayor subida frenaría el "pulmón" del crecimiento, que debe ser el incremento de la demanda interna y especialmente el consumo. Los tipos del IVA, a pesar de la subida, siguen siendo inferiores a los de algunos países europeos, pero la recaudación este año (antes de la subida) ya era apreciable (un 17,4 por ciento más en el primer semestre, frente a una caída del 32,2 por ciento en el conjunto de 2009). Durante este ejercicio han subido el IVA, además de España, la República Checa, Finlandia y Grecia. En sentido contrario, Irlanda lo ha reducido.
Impuesto sobre Sociedades

El Ministerio de Economía y Hacienda sí tiene en revisión el Impuesto sobre Sociedades, pero no para modificar los tipos que rigen actualmente, que son los quintos más elevados de la UE, sino para elevar el llamado tipo efectivo, es decir el que realmente acaban pagando las empresas después de todas las deducciones a las que pueden acogerse. Este impuesto, con la crisis ha sufrido un recorte recaudatorio del 25,6 por ciento en 2009 y del 14,5 por ciento en el primer semestre de este año.

Sólo Hungría se ha atrevido a subir esta figura tributaria, frente a las reducciones realizadas por la República Checa, Letonia, Grecia y Eslovenia.

Es evidente que las bajadas efectuadas por estos países tienen un elevado componente de búsqueda de deslocalizaciones industriales desde países con mayores gravámenes societarios y sociales.

También en materia de cotizaciones sociales la presión en España está entre las más elevadas y por encima de la media de la Unión Europea. La reforma laboral en curso sólo considera retoques en forma de bonificaciones sobre algunas figuras de contratación, pero no una reducción de las cuotas de manera generalizada para las empresas.

www.eleconomista.com

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