jueves, 31 de marzo de 2011

FELIPE GONZÁLEZ, BOYER, MI PROFESOR DE ECONOMÍA LO TENÍAN CLARO. LA BOLSA DE AHORA, NO

El tiempo vuela y no siempre a favor. Hace treinta años (30)que asistí, por primera vez, a los corros de la Bolsa de Madrid, como ayudante de redacción de una revista de economía desaparecida poco tiempo después. El PSOE había ganado las elecciones y la mayoría de los presentes creía que el mundo se iba a acabar, que los socialistas tenían rabo como el del diablo, que iban a nacionalizar todo lo nacionalizable y que nos iban a robar la cartera, los pisos, las vacas, los pollos y las gallinas (bueno, les iban a robar a ellos, porque entonces yo tenía sólo lo puesto). Y no fue así, sino todo lo contrario. Meses después, ante una huelga de brazos caídos de los inversores nacionales, atrofiados, quizá, por una década anterior plagada de escombros en términos bursátil (crisis del petróleo, entre otras razones) comenzó el dinero extranjero a llegar...y las cotizaciones volaban y volaban, hasta el fatídico crash de octubre de 1987, que sirvió, entre otras cosas, para que la mayoría de los actores entonces en los mercados supieran que Wall Street existía (publicábamos las cotizaciones del Dow Jones en el periódico, pero era papel y tinta perdidas.

En el inicio del movimiento al alza, derivado más del enrome hueco, que en la valoración de acciones había entre las Bolsas europeas y la española) escuché manifestaciones, que han pasado a la Historia. Por ejemplo, la de Felipe González: “si yo tuviera dinero invertiría en Bolsa”. O la de Miguel Boyer: “es el crecimiento económico adecuado el que mejora las valoraciones bursátiles” Hoy repaso la última, la del crecimiento, aunque aquellos años chirrían por viejos y anacrónicos. Además, la política monetaria actual, que es la que sustenta los mercados y, al mismo tiempo, crea burbujas, no existía entonces.

“Crecer al ritmo necesario para generar empleo”. Esa es la clave. En tiempos de propaganda espesa como la niebla, como sucede ahora, un país sale de la recesión con crecimiento mínimos del 0,1% o 0,2%. Incluso del 0,8%, como prevé el Banco de España. Los medios afines al poder del momentos elevan lo que es una anécdota, que sirve para nada, a categoría superior. Pero nadie se lo cree.

La salida de la recesión no significa que la economía vaya a crecer con ganas, con suficientes garras para acometer los desafíos y, entre estos, generar empleo. “Es el crecimiento económico vigoroso el que anima las cuentas de resultados de las empresas y estas a contratar trabajadores, que se van a mostrar dispuestos a consumir. Es el crecimiento necesario para que esto suceda lo que da validez a los movimientos bursátiles”, decía un profesor mío de economía.

Hablé ayer con mi profesor de antaño. “Hoy, como ayer, el crecimiento moverá el mundo y las Bolsas. pero no las Bolsas sostenidas e intervenidas por los Bancos Centrales de ahora. Bolsas, también, en manos de las máquinas, de los programadores treintañeros. Los movimientos orquestales, la Bolsa española, en concreto, no podrá aguantar mucho con estos mimbres. Lo que acaba de exponer el Banco de España encoge los ánimos más calientes, incluso los de los propagandistas”, me dice.

“¿Qué tasas de crecimiento sostenido necesita España para generar empleo y dar carpetazo a la crisis? Las diferentes escuelas, que trabajan con modelos de valoración de la situación actual y con la proyección de expectativas no se ponen de acuerdo. He buscado respuestas, boca a boca entre mis colegas, que me llevan a la siguiente aproximación: España necesita crecimientos iguales o superiores al 3,5% para comenzar a generar empleo. En Estados Unidos el porcentaje se dispara hasta nivel iguales o superiores al 5%; en China hasta el 7% y en la Europa Central parece ser suficiente un 2,5%/3%”, sentencia.

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¿Dónde nos encontramos, o mejor, dónde nos sitúan las expectativas del Banco de España?

La previsión de crecimiento del PIB en 2011 es del 0,8 % y coincide con la formulada hace un año. Este ritmo de avance del producto se sitúa en un punto intermedio entre el mayor dinamismo esperado en los países del núcleo del área del euro y los retrocesos proyectados en algunas de las economías de la periferia.

En 2012 se espera que continúe el proceso de gradual mejora de la actividad, lo que conduciría a una tasa media anual de expansión más elevada, del 1,5 %. El escenario de evolución de la economía española en los dos próximos años aquí planteado se caracteriza por una lenta recuperación de la demanda nacional y por una trayectoria más favorable de las exportaciones, que seguirán beneficiándose de la continuación de la fase expansiva de la actividad mundial y de las mejoras de competitividad que se obtuvieron durante el pasado ejercicio.

Se prevé que las condiciones financieras se endurezcan, en la medida en que los tipos de interés del crédito bancario van a reflejar tanto el aumento esperado de los tipos de interés interbancarios como el efecto sobre los márgenes asociado al encarecimiento de la financiación mayorista en el último año.

La tasa de inflación proyectada para 2011, aproximada por el incremento medio anual del deflactor del consumo privado, es del 2,9 %, si bien, en consonancia con la naturaleza transitoria de los factores que se acaban de describir, se espera que esta variable muestre un perfil descendente a lo largo del año, desde tasas en el entorno del 3,5 % al comienzo del ejercicio hasta aproximadamente el 2 % en el último trimestre. Para 2012 se proyecta una continuación de esta tendencia a la moderación de las presiones inflacionistas, de modo que la tasa de variación del deflactor del consumo privado se situaría, en media anual, en el 1,5 %.

http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/FELIPE_GONZLEZ_BOYER_MI_PROFESOR_DE_ECONOMA_LO_TENAN_CLARO._LA_BOLSA

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