lunes, 8 de agosto de 2011

Hoy, que no es ayer, ni puede ser mañana

Según comenta el Dr. Nouriel Roubini en relación a lo que está viniendo, los Gobiernos se han quedado, esta vez, sin munición (El País, 07.08.2011, Pág. 1). Pienso que no está viniendo nada que no sea una nueva ola de algo ya conocido: la crisis sistémica cuya precrisis comenzó en el 2007; también que los Gobiernos nunca han tenido munición alguna que fuese útil para abatir lo que nos estaba invadiendo.

Recuerden. Los Gobiernos han estado utilizando unas medidas que figuraban en el manual que se escribió para resolver la crisis sistémica anterior: la Depresión, pero aunque esta crisis sistémica es estructuralmente semejante a aquella no es la misma crisis, por lo que las herramientas que entonces tan bien funcionaron esta vez han sido totalmente inoperantes, más aún: ha sido la perversión en el uso de aquellas herramientas lo que nos ha llevado a esta crisis: el hiperconsumo, el megacrédito, el superendeudamiento, … todo eso, ya saben.

En el 2009 los Estados (una institución cuya estructura también habrá que revisar), forzaron la máquina ¿creyendo? ¿pensando? que muchísimo más de lo mismo iba a resolver los problemas: un tiro por elevación. (Pienso que no, que nunca creyeron que funcionaría, pero no tenían otro manual y algo tenían que hacer, y bueno, somos humanos).

Ahora ya no hay munición porque ni queda nada en el arsenal ni queda pasta -deuda- para adquirir más munición; en cualquier caso, y de haberla, ¿qué tipo de proyectiles podrían comprar si está claro que ninguno funciona?.

Que aún no se dispone de un nuevo manual -se está escribiendo, se está escribiendo- lo demuestra el hecho de que el objetivo continúe siendo ‘volver a lo de antes’: inconmensurable-consumo-de-todo, por-parte-de-todos, pagando-con-bits. Eso no va a volver porque lo que lo propició es inviable, imposible; pertenece a un pasado que ya se ha ido; sería como querer volver a los libros de caballería. ¿Se vivió bien?, sí, aunque ahora sabemos cómo; ahora va a tocar otra cosa en la que el protagonismo del plástico sin límite va a ser, pienso, nulo.

¿La rebaja de la deuda USA?, lógica. También las agencias aplican el manual, y la realidad -real- de la economía USA no es para que su deuda tenga una calificación de triple A; ya, la pregunta: ¿y es esa realidad -real- la que debe ser en el caso de las economías cuya deuda conserva las tres aes?. Pienso que se debería pensar en un hecho que no sé si se ha pensado suficientemente: esas calificaciones, esas categorías, la conceptualización de lo que es y de lo que debería ser deuda fueron acuñadas cuando el mundo era muy diferente a como es hoy, cuando la economía funcionaba de otra manera, cuando las expectativas eran otras. Y no, no estoy diciendo que haya que cambiar categorías y definiciones, posiblemente lo que haya que modificar es el mismo concepto de lo que se entiende por deuda.

¿La rebaja de la deuda USA?, decíamos. El dólar. USA ha sido lo que ha sido, aún es lo que es, por el mismo dólar: unidad de cuenta mundial, depósito de valor planetario, divisa de intercambio internacional, y USA era la que imprimía el dólar: ¿conocen un negocio mejor?. La principal consecuencia de la rebaja, pienso, es que la confianza en el dólar caerá, pero como no hay alternativa -el euro no las es- se seguirá aceptando dólares, unos dólares que, se sabe, valen menos, con lo que se tenderá a pedir más dólares a cambio de lo mismo, pero no habrá: el crédito: adiós, por lo que la deflación y la mala gaita irán a más: ‘¿qué quieres o pescado frito?’.

Hoy, mañana, se seguirá intentando ganar un poco de tiempo recortando aquí algo más de lo que ya no hay e inyectando allá un poco más de lo que ya no queda; unas semanas, hasta que ya sólo puedan ser días. Luego tan sólo quedará asumir el cáncer. En Otoño, ya.

Lo que ha sido curioso (no, no lo es): la reacción de China: el principal propietario de deuda USA. Ha puesto el grito en el cielo criticando el tremendo nivel de gasto de USA. Vaya; la economía USA estaba un día después de la revisión de su calificación tan bien o tan mal como lo estaba un día antes, pero entonces ni China ni nadie criticaban ese nivel de gasto (¡en protección social!, ¡en USA!): les iba genial, crecían gracias a esa forma de hacer, USA les necesitaba, pero si la deuda vale menos … tienen menos poder, ya no financian tanto a USA, es de esperar que USA les compre menos, el crecimiento chino será menor, y debe ser el 6% sólo para absorber el crecimiento demográfico. Huy, huy, huuuuuuy, ….

(Dentro de unos días el Papa va a llegar a España. Diversas fuentes han estimado que el coste de la visita ascenderá a 50 M €, cantidad que ni ha sido confirmada ni negada por quien podría dar la cifra buena, por lo que tiempo a pensar que es acertada; OK, 50 M. La pregunta, ¿se han realizado estimaciones del volumen de PIB que tal visita va a generar?. En términos económicos la visita a Barcelona fue un fracaso, ¿va a serlo también ahora?. No sé, lo digo porque tal y como están las cosas gastarse 50 M en algo cuyo retorno no esté claro …).

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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