martes, 13 de diciembre de 2011

Brasil, de nuevo.

Me escribe un exalumno de Ingeniería, brasileño:

“Hace unos días mi padre me envió un link de un periódico online de São Paulo, con el título: “‘Brasil es hoy la versión 2.0 de España’, dice economista español”. (Mi padre sabe que fui tu alumno, por eso me pasó la noticia).

Bien, ya había leído esa frase en uno de tus posts en “La Carta de la Bolsa”, y estoy de total acuerdo con tu planteamiento, pero se me ocurre una duda, que me gustaría escuchar tu opinión a respecto.

Es verdad que Brasil vive un “boom” de crecimiento (aunque los datos sean siempre manejados por quien les interesa) que es parte real y parte ficción. Si que la economia crece, las oportunidades de trabajo se encuentran a nivel europeo y estadounidense en” los años de oro”, el tema de la explotación del petróleo y otras commodities tiene impulsión positiva y la euforia del mundial de futbol de 2014 y las olimpiadas de Rio 2016 hacen, sumados, que muchos países, incluido el propio Brasil, vean un país emergente, la futura potencia, la salvación de la crisis, etc., etc.

La parte ficción sabemos que es el factor “crédito-facil-a-QUALQUIERA-que-pase-por-delante-del-banco”. Y qualquiera con mayúsculas, ya me entiendes. Obviamente gran parte del crecimiento es virtual, es temporal y, haciendo una regla de tres, el punto final de esa supercarrera es el mismo escenario que vive España ahora, elevado a 1.5. Con eso, el razonamiento de “España 2.0” sigue lógica aritmética.

Finalmente, mi duda es: Brasil vive un momento de ilusión (un país que en toda su vida ha sido pobre tiene motivos para disfrutar cuando le llaman de futuro-pais-rico) en función de créditos descontrolados, básicamente. Pero hay una diferencia: España vivió eso en 2000 - 2007. Brasil lo vive en 2011. ¿Crees que el entorno horroroso actual de la economia mundial, pueda frenar ese boom? Es decir, que Brasil vive el sueño de créditos vivido por España, pero España ni nadie sabía qué les esperaba al final de la aventura. Brasil lo sabe, pero lo quiere disfrutar… pero ¿no crees que un “crash” en la economia mundial podría frenar esa consesión de crédito facil? ¿No crees que el escenario 2012 impida a las entidades de distribuir el credito de esa manera?”.

Mi respuesta:

“Este proceso que España y los países desarrollados en mayor o menor medida pusieron en marcha en 1991 (ahí empieza la película y no en el 2000) sabían que iba a tener un final trágico. Entre 1987 y 1991 el modelo puesto en marcha tras la Depresión se agotó y para ‘estirarlo’, para seguir creciendo, se puso en marcha una espiral sin fin de crédito y endeudamiento, al consumo primero e inmobiliario después. Y bueno, la cosa ha funcionado: se ha crecido, mucho, y proporcionalmente más en los países pobres, como España, países con baja productividad, con un submodelo intensivo en factor trabajo, etc.

Cuando en el 2007 el esquema ya no dio más de sí aquí, y aprovechando la superdemanda de commodities que había ocasionado el hipercrecimiento anterior, bancos e inversores vieron que diversos países latinoamericanos eran una fuente potencial de negocio, Brasil uno de los que más: grande, mucha población, productor de commodities, con una pobreza ancestral y una distribución de la renta invariable en los últimos sesenta años, …; y entidades financieras e inversores se lanzaron en tromba y tiraron de una recua de empresas dispuestas a vender a CUALQUIERA (utilizo tu terminología) lo que les convencieran que necesitaban para ser felices, y con la total bendición del Gobierno, del Gobierno del momento pero que podía haber sido cualquier otro: con Cardoso pienso que las cosas hubiesen ido exactamente igual.

Se estaba mimetizando el esquema: o Brasil (en el caso de Brasil) crecía así o no crecía porque … no había otra opción para crecer, como en España, por ejemplo, o USA, o UK, o en Dinamarca. El endeudamiento para lograr un crecimiento no conseguible de otro modo ha sido generalizado, tanto a nivel del Estado, como de las familias, como de las empresas, como de los bancos; funcionó perfectamente aquí, y ahora se exporta, a Brasil, por ejemplo.

El periódico brasileño que, originalmente, publicó eso fue el ‘O Estado de Sao Paulo’: me hicieron una entrevista hace unos días. Brasil sabe lo que va a pasar al igual que lo sabía España, pero es inevitable que suceda porque no existe otra manera de que Brasil crezca a las tasas que está creciendo, y pasará lo mismo que ha pasado aquí, bueno, lo mismo no, peor: en Brasil no existen los instrumentos compensadores que aquí existen: modelo de protección social, etc. Es absurdo, ya pero es que, ¿sabes?, tanto los brasileños como los españoles pertenecen a la raza humana, y los humanos siempre quieren ir-a-más”.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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