miércoles, 11 de enero de 2012

“El Poder de la Máquina: el Reino de España, mal; los bancos; muy mal. La Bolsa sube ¡Maravilla!”

"Al Reino de España le van a volver a bajar el ráting y a los bancos españoles también. Los impuestos van a volver a subir. Sí, los mismos impuestos, pero con más vueltas de tuerca. BBVA dice que ha perdido un potosí en EEUU. Santander sacó la chistera y en un fin de semana dice cumplir con los requisitos del Regulador europeo, que no cumplió nunca (¡milagro!). Pero la Bolsa española sube, porque a Francia no le van a quitar los galones de la pechera ¡Manda huevos, Trillo! No, no es un trillo, que pasa encima de la mies sobre la era. Es el Poder de La Máquina, de las órdenes programadas por ordenador, que se fijan más en Francia que en nosotros, que sólo pintamos la mona", me dice uno de los viejos lobos de mar de la Bolsa española.


En este encuadre, el Poder de La Máquina, ha escrito Carlos Montero en lacartadelabolsa que La semana pasada me comentaba un gestor institucional amigo mío “es imposible operar en este mercado, es imprevisible. No recuerdo en mi carrera un momento en el que fuera más difícil detectar los movimientos de las bolsas. Los hedge funds y los programas automáticas terminarán echándonos a todos del mercado”. Los niveles de volatilidad se han situado durante los últimos meses por encima de 30 de forma recurrente (índice VIX), cosa que no había sucedido en esta magnitud desde plena crisis financiera de 2008. Bespoke Investment, en su último análisis de mercado señala que durante los últimos 50 días el mercado ha tenido un movimiento diario medio del 1,85%, lo que solo ha sucedido en siete ocasiones desde 1928.


La razón que explica todo esto es sencilla. Ausentes los inversores particulares e institucionales, los mercados están dominados por un tipo de inversores cuyo perfil de operaciones provoca esta elevada volatilidad: Hedge Funds, y gestores automáticos

E.S. Browning en WSJ realiza un artículo sobre esta situación que creemos interesante analizar:

La reciente volatilidad del mercado de valores recuerda a algunos analistas e historiadores económicos, momentos de un pasado lejano.

La volatilidad de hoy es peor que la década de 1970, dicen. Se tiene que volver a la década de 1930 para encontrar la volatilidad tan alta como ha sido desde finales de 1990. Incluso en la década de 1930 las operaciones especulativas no dominaban el mercado como lo hacen hoy en día, dice Phil Roth, analista técnico jefe de mercado en Nueva York de la firma de corretaje Miller Tabak + Co. Las grandes operaciones especulativas del mercado actual, dice, son muy similares a la de los días del lejano oeste de finales de 1800 y principios de 1900.

“El mercado entonces estaba dominado por fondos de inversión y grandes especuladores con un montón de dinero. Tenemos el mismo mercado, sólo que ahora se llaman fondos de cobertura”.

Los grandes inversores y los especuladores de aquella época fueron Charles W. Morse, F. Heinze Augusto y su hermano Otto, JP Morgan, EH Harriman, así como los “robber barons” (traducido como magnates sin escrúpulos) Jay Gould, Drew Daniel, Jim Fisk y Cornelius Vanderbilt.

Operaban antes de que hubiera una Comisión de Bolsa y Valores, que no se creó hasta 1934, y antes de la Reserva Federal, que fue fundada en 1913. Las regulaciones financieras eran pocas y se cumplían a la ligera.

“Hay una similitud en lo que pasaba entonces, aunque no en cuanto al volumen, obviamente”, dice el historiador económico Richard Sylla de la Stern School de la Universidad de Negocios de Nueva York. “Los mercados de aquella época estaban dominados por operadores de Wall Street que tenían amigos. La idea de un “pool de inversores” era conseguir que los demás pusieran dinero para tomar una posición grande en una compañía, y luego crear y difundir información errónea para hacerse con el control. “

Los “robber barons” utilizaban fondos de inversión para luchar por el control de las compañías de ferrocarriles, incluso de las minas de cobre. Un intento fallido de Otto Heinze por acaparar el mercado en el Reino Copper Co. inició el Pánico de 1907, en el que JP Morgan lideró un rescate del sistema financiero de Nueva York. Uno de los resultados: Creación en 1913 de la FED.

Otro paralelismo entre entonces y ahora, de acuerdo con el Sr. Roth, es la rotación de acciones, es decir, el número de acciones negociadas en un año como porcentaje de todas las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York. En la década de 1960, la rotación fue inferior al 20%. En 1901 fue del 392%. En 2009 fue del 244%, y este año, según señala Roth, se está sobrepasando el 180% - una clara señal de que el comercio especulativo está vivo y bien vio.

La conclusión de este artículo es que nos encontramos ante un escenario en el que unas limitadas y grandes fortunas, ya sea a través de especuladores individuales, bancos de inversión con potentes programas de gestión automática, o fondos de cobertura, tienen el control casi absoluto de las operaciones. Se estima que actualmente estos inversores realizan por encima del 70% del total de las operaciones. Esto no deja mucho espacio a los inversores particulares, ni a los gestores profesionales tradicionales. El resultado: Tenemos un mercado desvirtuado, a expensas de continuos rumores (en muchos casos intencionados), en los que todos los intervinientes no operan en igualdad de condiciones, y en el que cada vez es mayor la desconfianza del inversor particular en esta forma de inversión.

Es fácil comprender ahora como según las últimas encuestas de inversión, los particulares en los principales países desarrollados se encuentran ahora más alejados que nunca del mercado de valores. La evolución de las bolsas cada vez afecta a menos gente, porque cada vez interviene menos gente en ella. Y esto es una muy mala noticia que tendemos necesariamente que corregir.

lacartadelabolsa

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