martes, 3 de enero de 2012

Los nuevos tiempos: España

Este Gobierno continúa diciendo, como el anterior, que es a través de reducciones salariales como se mejora la competitividad. Y no es así. (En el caso de las congelaciones: el SMI, por ejemplo, las cosas no cambian: ‘congelación’ + ‘inflación’ = ‘reducción’).

La competitividad aumenta mejorando la productividad, y para ello es imprescindible fabricar bienes y elaborar servicios de valor añadido creciente utilizando mayores dotaciones de capital no-humano y humano, para lo que es imprescindible más y más inversión y la acometida de oleadas innovadoras. Es así y sólo así como la competitividad mejora, cualquier otro camino lleva a otro sitio, pero no a un incremento de la competitividad.

Recortar salarios, congelar remuneraciones, deteriorar condiciones económicas del factor trabajo, abaratar los costes laborales lo único que conduce es a la miserización de la clase trabajadora y a su descontento; lo segundo puede vencerse con el miedo que produce una tasa elevada de desempleo y una represión creciente, lo primero puede venderse diciendo -rediciendo- que ‘la recuperación se halla en las exportaciones’.

El poder adquisitivo de la población asalariada va a decrecer y a disminuir el de la pensionista y el de todo aquel que dependa de los subsidios, pero ni el crecimiento va a llegar ni el desempleo va reducirse: España sólo puede crecer de una manera que ya está agotada y creciendo así es como puede ocupar a una elevada parte -ni siquiera a toda- de su población activa hoy, como ayer, sobredimensionada: recuérdenlo: en el climax del ‘España va más que bien’ -crédito más endeudamiento a mansalva- la tasa de paro era del 7,9%.

Ese es uno de los motivos por los que comentaba que el PP no venció en las elecciones del 20N sino que fue aclamado en ellas por un pueblo que quiso creer lo que le necesitaba creer y no escuchó lo que los políticos y el programa del partido estaban diciendo; un ejemplo: la carta en la que el pasado día 28 el Gobierno comunicó a los Sindicatos la congelación del SMI (reducción: en el 2011 la inflación va a ser positiva): “(…) es necesario adoptar una política salarial que obedezca al objetivo prioritario de la recuperación y la creación de empleo” (El País 29.12.2011, Pág. 16).

Reduciendo salarios, empobreciendo a la clase obrera no se crece, ni se crea ocupación, naturalmente, aunque si, personas en concreto pueden enriquecerse (más), aunque pocas. Empeorando los estándares de vida se ahorra, no se gasta lo poco que el PIB pueda aumentar en algunas zonas, en algunos subsectores. Lo que, pienso, ya está indicando la senda de los próximos años.

Tal y como lo veo este Gobierno va a pilotar la economía y la sociedad española durante unos años terribles en los que lo-que-llamamos-España va a menos, menos, menos; unos años en los que no se va a crecer, en los que el desempleo va a continuar caumentando a no ser que se fuercen reducciones de la población activa; unos años, no de plomo, sino de uranio, en los para la mayoría de la población sobrevivir va ser un auténtico reto. Se va a empezar con la ‘congelación’ del SMI, se va a seguir con lo dispuesto en el Decreto de No Disponibilidad (¡Viva la transparencia lingüística!), y se acabará con los presupuestos de Marzo: ¿-40 mM de reducción?, cuando ya todos los planes europeos y mundiales estén hechos y sólo haya que gestionar. ¿Las protestas de Enero?, para eso se contará con lo que antes se denominaban los ‘Cuerpos Represivos de Estado’.

Nos estamos apartando ligeramente, volvamos. Para mejorar la competitividad la productividad debe aumentar, y eso se consigue fabricando cosas de más valor y utilizando más capital. Lo gordo del caso es que eso tampoco garantiza el crecimiento, y desde luego no en España: 46 M de habitantes, luego la conclusión está clara: en España van a pintar bastos durante muchísimos años, y sólo en algunas zonas -concretas, reducidas, muy escasas- puede que pinten oros.

El Gobierno va a bajar el precio del trabajo, la oposición protestará con la boca chica porque es lo que hubiese hecho si hubiese ganado en Noviembre, los sindicatos se moverán un poco pero sin fuerza ni alternativa, y España en su conjunto será más pobre.

Y ahora cuando las cosas van claramente a peor es cuando, curiosamente, ya casi nadie habla de crisis.

——-> El botón de la muestra: el Boletín de Diciembre del Banco de España: aquí.

Mi lectura en línea con lo que decíamos más arriba: no va nada. Se habla de debilidad cuando lo que en realidad sucede es que la economía de España está estancada con tendencia al declive continuado: consumo, inversión, exportaciones, gasto diario por turista en términos reales, compra de bienes duraderos; lo único que muestra una tendencia al alza es la destrucción de puestos de trabajo: cada vez son necesarios menos. Y a eso añadir la baja competitividad de española. ¿Cómo se arregla todo eso?. Ya lo digo claro, sin tapujos: no-se-puede.

¿Se arregla con una reforma laboral que deprima más aún las condiciones laborales, los derechos de los trabajadores y los salarios?, ¿se arregla con recortes y más recortes de gasto público?, ¿se arregla con una subida el IBI?, ¿con más crédito bancario?. La competitividad se mejora con inversión que se aplique a bienes y servicios de alto valor por parte de personas de alta cualificación plenamente empleadas.

El problema, pienso es otro. España, lo que entendemos por toda-España, no puede crecer como ha crecido hasta ahora, al igual que no puede como has ahora han crecido toda-Francia, o toda-Alemania, o toda-Italia, o toda-USA, o toda-China. Y Brasil es lo que es, y Kuwait y Qatar lo que son. Rusia puede hacer lo que puede hacer, y la India y Suráfrica también, al igual que Chile y Guatemala o Canadá. El todos-a-más-juntos-siempre, esquematizado en el concepto de ‘Estado’ pienso que ya no funciona.

En esta época que estamos viviendo las grandes corporaciones son las que menos mal lo están pasando porque pueden operar en varios sitios a la vez, alterando la presencia en cada sitio, haciendo lo más conveniente y lo más pertinente en cada lugar y adaptándose en cada momento. John, un profesional megacrack en lo suyo tiene futuro, y Nestlé seguro que no va a quebrar, pero la zona Este del Alentejo portugués, por poner un ejemplo, lo tiene crudo.

Para este principio de año podría pensarse en esto. Y recuerden: es “El inicio del inicio”.

(Me escribe una amiga un mail: “A día 2 de enero, mi hermana aún no ha cobrado su sueldo (hasta ahora lo cobraba el 29 o 30 de cada mes). Preguntó a los del sindicato y le contestaron que la empresa (nombre de una compañía del subsector del transporte) tiene margen hasta el día 5. Mi madre me dice que dos de las hijas de una amiga, tampoco han cobrado: una trabaja en (nombre de una empresa del subsector hospitalario) y la otra en (nombre de una empresa del subsector de distribución de un bien público)”. Lo más llamativo al margen del drama que es que no te paguen lo que te deben, es el hecho de que los tres retrasos descritos en este mail se producen en tres subsectores que lo único que tienen en común es que se hallan integrados en el Sector Servicios. ¡Y sólo estamos a día 3 de Enero!).

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

1 comentario :

  1. Soy un frecuente lector de los artículos del Prof. Niño Becerra, en los que admiro su rigor en la exposición compatible con la claridad de la misma, que refleja que sus conceptos son así mismo muy claros.
    Lo que echo en falta es la ausencia de propuestas de solución viables; probablemente porque como dice hoy mismo en este artículo que comento:
    " ¿Cómo se arregla todo eso?. Ya lo digo claro, sin tapujos: no-se-puede".
    ¿Será que, tal vez, lo que de verdad ocurre es que somos demasiados?
    Y entonces, de ello se deduce que estamos abocados a una
    III GM?
    No creo, no creo...

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