viernes, 27 de abril de 2012

La salida que no va ser

Crisis sistémica: cambio de modelo. Abiertamente se admite ya que esto-no-va aunque aún falten cosas por admitir: en Europa; en China y en Latinoamérica, algo; pero todavía no con respecto a USA. Nadie habla ya de decoupling: algo es algo que es mucho; y lo mejor: gentes que ayer dijeron que digo era lo correcto, lo óptimo, ahora dicen -como si siempre lo hubiesen dicho- que es Diego: algo es.
La salida: es en lo que menos se ha avanzado. Las soluciones: ‘decíamos ayer’. Se continúa haciendo según un manual que ya está superado porque la realidad hace imposible sus recetas. Ya no es posible ir-a-más porque es imposible; luego hay que ir a lo-posible. Y lo posible es tener menos, hacer menos, obtener menos; y no, no es un decrecimiento, es un no-crecimiento según los parámetros que aún son los nuestros.
De la Depresión se salió yendo-a-más porque era lo lógico: si todo el mundo tiene poco y existe la posibilidad de que haya mucho de todo, diseñemos un modelo para que todos tengan cada vez más; y funcionó mientras los recursos no escasearon, mientras el exceso de capacidad productiva era un mero supuesto teórico, mientras ‘ocupación del factor trabajo’ y ‘aumento del PIB’ fueron de la mano, mientras la capacidad de endeudamiento podía seguir creciendo. Cuando todo eso cambió …
Saldremos de esta, ¡claro!, pero saldremos diferentes a como entramos y haciendo las cosas de una manera totalmente distinta. Ni se puede continuar consumiendo de todo como se consumía, ni intentando maximizar la capacidad productiva con que se cuenta, ni ocupando a toda la población activa que se pretendía, ni soñando que se puede ser lo que se quiere cuando se quiere y donde se quiere.
La salida, pienso, será por la parte de abajo. Liquidando capacidad productiva, siendo muy eficientes, fabricando y consumiendo lo necesario, ocupando a quien se necesite, adecuando fielmente oferta y demanda: ¿Una nueva Ley de Say?: ‘Toda oferta y demanda se adecuan’. Y sobre todo: coordinando, colaborando, acordando, aunando criterios y esfuerzos.
Resumen del resumen: ‘Lo necesario es lo importante’; ‘El individuo es importante en función de lo que aporte al grupo’. Nada que ver con lo hasta ahora vivido, con el mensaje distribuido, con el objetivo buscado, ¿verdad?. ¿Detrás de eso?, pura necesidad, es decir, escasez; no piensen en otras cosas.
El resto para llegar ahí ya son sólo los flecos: la deuda que no se puede pagar, la volatilidad bursátil, las primas de riesgo, la situación en cada país, las dudas de ‘los mercados’… España. ¿España, de qué dudan ‘los mercados’? (‘For Whom the Bell Tolls’, Ernest Hemingway, 1940).
Dudan de que España pueda pagar lo que debe: todo lo que debe; de que pueda crecer lo suficiente para seguir existiendo y pagar lo que debe; de que los bancos españoles sigan siendo viables a medida que vayan teniendo que actualizar el valor de sus activos y que sus impagados vayan incrementándose a medida que la situación en general -actividad, ocupación- vaya degradándose; de que pueda cumplir las cosas a las que se ha comprometido, como llegar ya a un déficit de casi-nada-por-ciento; de que, en definitiva, España no pueda entrar en la rama inferior de una ‘L’ con crecimientos ridículos del casi-el-0%, . Pero eso, en el fondo, son flecos que de una u otra manera se resolverán, flecos que, en alguna medida, todas las economías tienen.
Lo importante es la salida: el nuevo modelo cuyas características ya están aquí y que no pasa por hacer lo que se hizo en los 50 porque aquella puerta llevó al lugar del que ahora nos estamos marchando porque ya no nos podemos quedar.
No es una salida bonita, no. Pero ahora toca eso. For Whom the Bell Tolls.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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