viernes, 1 de junio de 2012

Si España no puede controlar a sus autonomías… ¿Qué puede hacer Bruselas con España, Italia, etc?

Los bancos españoles son el siguiente gran reto al que tiene que enfrentarse la eurozona y posiblemente provoque otra ronda de rescates bancarios, lo que probablemente casi involucre un rescate en efectivo de la zona euro. Con Bankia a la cola para obtener un rescate por importe de 23.500 millones de euros (que todavía no está claro de donde saldrá todo ese dinero), la cascada de eventos puede estar ya en marcha.
Sin embargo, el Gobierno español tiene otro problema en sus manos, que es un claro recordatorio del pedregoso camino por el que se mueve el euro en su conjunto: las autonomías.
Mariano Rajoy ha culpado a las regiones del fracaso de España para cumplir con objetivo de deuda y déficit mandado por la Unión Europea. En torno a la mitad de los ahorros que tiene previsto España - 18.000 millones de euros - tendrán que venir del ajuste de las comunidades autónomas. Pero esto no va a suceder, comenta Mats Persson, director del prestigioso think tank independiente Open Europe en un artículo en The Independent.
De hecho, Cataluña ya ha pedido ayuda al gobierno central para repagar deuda por valor de 13.000 millones de la deuda, lo cual afectaría más a las finanzas públicas del país. Y el siguiente gráfico es una mala noticia:
 
Se muestra cómo en vez de buscar el ahorro, las autonomías parecen ir atrasando los contratos actuales, retrasando el pago de las facturas. Estas facturas tendrán que ser recogidas tarde o temprano por el Gobierno central, socavando aún más la capacidad del país para cumplir con los objetivos de déficit.
Pero hay algo más aquí con una relevancia enorme para el conjunto del euro: lo difícil que es imponer la centralización en una estructura intrínsecamente regionalizada. Por diversas razones históricas España sigue siendo un Estado muy descentralizado. La constitución post-franquista de 1978 dio a las regiones una gran cantidad de autonomía, con derecho a legislar sobre ámbitos que van desde la asistencia sanitaria a las infraestructuras, mientras que el 50 por ciento del total del gasto público en España está controlado por las regiones. El gobierno de Rajoy está ahora tratando de recuperar parte de esa autonomía, al otorgar al Gobierno central el poder de hacerse cargo de las finanzas autonómicas que incumplan los objetivos de déficit.
"Pero, a nadie sorprende, Rajoy se enfrenta a la masiva oposición de regiones fuertes y de mente más independiente", dice Persson. El País Vasco ya ha amenazado con llevar al Gobierno ante el Tribunal Constitucional sobre los recortes sanitarios y en la educación, mientras que el presidente catalán, Artur Mas, ha amenazado con romper con el Partido Popular de Rajoy, a menos que a Cataluña se le conceda una mayor autonomía fiscal. En realidad, Rajoy está atrapado. Cualquier recorte adicional a la independencia regional, podría causar una enorme reacción política, mientras que probablemente también necesite un cambio en la Constitución, algo que sería prácticamente imposible.
Esto plantea una pregunta muy incómoda para el futuro de la zona euro. Si el Gobierno Central de España no puede controlar el gasto en sus regiones, ¿cómo habrá alguien en el mundo que crea que Berlín, Frankfurt y Bruselas, puedan hacerlo con Grecia, Portugal, Italia e incluso la misma España? Si el modelo de gobierno de España - basado en una serie de delicados compromisos para conciliar las diferentes culturas y experiencias históricas - es tan sensible a cualquier movimiento en la dirección de una mayor centralización, ¿cómo de difícil será para la zona euro lograr un federalismo fiscal entre los 17 países, con modelos parlamentarios y económicas, estructuras de gobierno, y preferencias culturales tan diferentes?
"Estas preguntas ya no son académicas", dice Persson. Los comentarios sobre una deuda colectiva en moneda única - a través de los eurobonos - se están intensificando. Si usted se sienta en Berlín o Helsinki, este compromiso sólo puede funcionar si está sujeto a un acuerdo brutalmente simple: os damos nuestra calificación de crédito, si usted nos da el control sobre sus gastos. Como un gran microcosmos de la zona euro, el caso de España muestra lo difícil que será sacar este acuerdo adelante.

Fuentes: Mats Persson - Director de Open Europe

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