jueves, 9 de agosto de 2012

Berlín – II

Estamos en Berlín. Vuelvo al tema de los edificios porque, posiblemente, sea lo que más impacte de la ciudad. Gran parte de la historia visual y documental de Berlín, se la llevó la guerra, pero mucho de lo que quedó pienso que se está pervirtiendo ahora. Curiosamente en la preservación (que no en la conservación) de los edificios civiles del Berlín anterior influyó la creación del Berlín oriental, pero pienso que ahora se está barriendo con todo aquello. Miren la foto que viene a continuación:


Se trata de un edificio 'antiguo', en el cruce de la Friedrichstraße con la Oranienburger Straße, va a ser demolido y en su lugar se va construir lo que se aprecia en el diseño enganchado a la fachada, como en tantos y tantos lugares de Berlín ya ha sucedido y va a seguir sucediendo. (Este edificio se halla muy próximo de otra pena: las ruinas de lo que queda de lo que en su día fueron uno de los mejores centros comerciales de Alemania: Tacheles, edificio luego utilizado para otros menesteres y últimamente usado como lugar de albergue de talleres de arte; dejado, parcialmente demolido, ya ha sido desahuciado. Incluyo foto porque al lugar le queda muy poco de vida).

Insisto: pienso que con su arquitectura Berlín ha cometido un tremendo error. Pienso que debería haberse abordado una política de rehabilitación cuidadosa incorporando, evidentemente, las últimas comodidades actuales; y pienso que en los agujeros dejados por las destrucciones deberían haberse construido edificios acordes con el entorno. Lo hecho hasta los 90 (mal) hecho está -y pienso que la responsabilidad en este, a mi modo de ver, pastiche arquitectónico, de la parte occidental es mayor que el de la oriental, precisamente por la existencia de libertad democrática-, pero lo hecho desde la reunificación pienso que no tiene justificación alguna a no ser que sea la mera especulación.
Y a no ser, claro, que Berlín quiera entrar en una dinámica especulativa vinculada al ladrillo a fin de canalizar unos dineros hacia algo de lo que aquí sabemos mucho. Y lo cierto es que no se si no van a intentarlo: de hecho ya hay rumores de que se quieren llevar las cosas por ahí.
Por ello les sugiero que si aún quieren ver -imaginar, más bien- como podía ser Berlín, vayan a la ciudad pertrechados de un buen mapa en el que se halle dibujado el trazado del Muro, cojan el autobús 245 o el 247 hasta Gartenplatz y vayan hacia el Sur siguiendo el perfil y que en muchos lugares se halla marcado en el pavimento con dos líneas de adoquines; que hagan eso mirando a derecha e izquierda; se harán una idea muy aproximada de a lo que me refiero.
Para acabar no podía faltar una referencia al enormemente acusado sentido práctico de Alemania y de los berlineses. Una de las cosas que más sorprende recorriendo Berlín son unas canalizaciones que, a dos o tres metros por encima de la superficie del suelo recorren calles y plazas adaptándose a su trazado y elevándose para salvar cruces tal y como pueden observar en la foto:

Esta foto la tomé en la zona de Charlottenburg, área exclusivamente residencial, pero estos entramados de tubos pueden verse en distintas zonas de la ciudad; y pueden alcanzar longitudes enormes. ¿Qué conduces esas canalizaciones?, se estarán preguntando, pues esas de color violeta, agua, pero también las hay azules que suelen enfundar cables, y recientemente se están instalando de acero inoxidable. Evidentemente la pregunta obvia es el motivo de que dichos tubos circulen en superficie, y la respuesta también es obvia: la mucha mayor facilidad de tender dichas conducciones por arriba teniendo en cuenta que en el subsuelo circula en suburbano. ¿Se imaginan áreas residenciales de las ciudades españolas cruzadas por dichas tuberías de tan llamativos colores?.
Si se me ocurre alguna cosa más ya se la contaré.
@sninobecerra
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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