viernes, 24 de agosto de 2012

Que las autoridades tomen nota. 3 pasos para arreglar Grecia

El primer ministro griego, Antonis Samaras, viajará a Berlín el 24 de agosto para discutir  temas decisivos con la canciller alemana Angela Merkel sobre el programa de rescate de Grecia. Se dice que todas las opciones, incluyendo un veto alemán sobre los desembolsos adicionales a Grecia que darían lugar a una salida de Grecia del euro, están sobre la mesa. En este juego de altas apuestas, la señora Merkel tendrá que decidir si debe dar un salto hacia lo desconocido, con el potencial incalculable para una debacle  al estilo Lehman, o intentar encontrar una manera de llevar a Grecia a un camino sostenible.
Como gestor de hedge funds con más de quince años de experiencia en incumplimientos soberanos y reestructuraciones (y un historial de búsqueda de oportunidades de inversión en estos eventos), entre ellos Grecia, Richard Deitz cree que la solvencia griega podría restablecerse con un costo mínimo para sus socios europeos si el sector oficial abarca un constructivo y creativo enfoque en tres etapas.
El viaje de vuelta no será fácil. La deficiente implementación de los compromisos previos de Grecia, junto con una profunda recesión y una salida de depósitos masivos, ha creado una situación calamitosa. BNP Paribas estima que la deuda pública de Grecia alcanzará  los 335.000 millones de euros a finales de 2012 (suponiendo desembolsos continuos del programa de la "troika"). Mientras tanto, es probable que el PIB caiga este año por lo menos el 6%, colocando la relación deuda-PIB en un desorbitado 166%.
Este nivel de endeudamiento debería ser especialmente alarmante para el sector oficial de acreedores de Grecia. A diferencia de la "Participación del Sector Privado" en la reestructuración de deuda a principios de este año, que no ha proporcionado ningún alivio, la carga de una futura reestructuración  griega necesariamente será sufragada principalmente por los prestamistas oficiales que ahora tienen más del setenta por ciento de la deuda griega. Si el sector oficial impide una dolorosa restructuración oficial al estilo del PSI del sector privado, tendrá que encontrar una forma de ingeniería que pueda devolver a Grecia a la solvencia. Los tres elementos esenciales de tan importante esfuerzo (si está acompañado por la adhesión estricta por parte del Estado griego a su programa de ajuste), podría reducir la relación deuda-PIB de Grecia hasta en un 40% del PIB desde los niveles proyectados.
En primer lugar, el Banco Central Europeo debería vender al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (o su sucesor, el Mecanismo Europeo de Estabilidad) los 50 mil millones de euros de bonos del gobierno griego que compró en el marco del programa de compras de deuda periférica.
De manera controvertida, el BCE se mantuvo fuera del ejercicio de reestructuración de la deuda griega y  nunca sufrió el gran recorte que los acreedores del sector privado se vieron obligados a digerir en valores idénticos. El BCE podría vender sus participaciones a 70 centavos de dólar sobre el euro sin incurrir en pérdidas. El EFSF (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera), a su vez, podría intercambiar estos por unos nuevos y de más largo plazo. Este paso podría lograr una reducción de  15 mil millones de euros (7,4% del PIB) en el endeudamiento general de Grecia, mientras que les daría un respiro en términos de calendario de pagos.
A continuación, la zona euro podría fomentar, a través de un préstamo del Fondo Europeo de Estabilidad (EFSF) o  del Fondo Permanente de Rescate Europeo (ESM), una recompra por parte de Grecia de los bonos por valor de  63 mil millones de euros de la deuda resultante del PSI. Teniendo en cuenta el alto riesgo de crédito de Grecia y los persistentes rumores sobre una inminente salida del euro, estos bonos se negociarían en el mercado a una pequeña fracción de su valor nominal. Una oferta de compra a un precio de 25 centavos de dólar sobre el euro representaría una prima significativa a los precios actuales del mercado y, sobre todo, correspondería a las pérdidas generalmente reconocidas por los bancos tenedores de deuda a través del PSI. Esa oferta podría reunir una participación de hasta un ochenta por ciento de los tenedores de bonos griegos. En ese caso, 50 mil millones de euros de la deuda pública podrían ser reemplazados por  12.5 mil millones de euros de un préstamo del EFSF, lo que implica  37.5 mil millones de euros (18,6% del PIB) en la reducción de la deuda.

Mientras que una recompra requeriría nuevos préstamos por parte del sector oficial, Grecia podría garantizar este préstamo con activos destinados a la privatización. Las ganancias de las privatizaciones podrían utilizarse para cancelar esta deuda y los prestamistas tendrían poco riesgo a una devolución definitiva. En efecto, este enfoque crearía un "multiplicador de fuerza" para las privatizaciones, cada euro recaudado en las privatizaciones podría cancelar cuatro euros de deuda nacional.
Por último, a Grecia le deberían dar la misma oportunidad, como España y otros rescatados, a transferir préstamos utilizados para rescatar a los bancos solventes desde el Estado al ESM una vez se establezca un marco regulatorio sobre la banca de la eurozona. En el caso de Grecia, los cuatro principales bancos han recibido hasta la fecha 18.5 mil millones de euros del Fondo Helénico de Estabilidad Financiera (HFSF) y las estimaciones privadas sugieren que podría necesitarse un incremento 12 mil millones de euros.
Combinados estos tres pasos, el total de la deuda soberana de Grecia podría reducirse en 83 mil millones de euros (41,1% del PIB). Una reducción de esta magnitud llevaría a la deuda griega a cerca del 120% del PIB, considerado como el umbral de la sostenibilidad en Europa. Esto se podría lograr sin que el sector oficial de acreedores tuviese ninguna pérdida. Ante una exposición tan  grande a un prestatario con problemas y desafíos todavía más importantes en el futuro del euro, los prestamistas del sector oficial tienen por delante decisiones difíciles que tomar. Pero podrían empezar por hacer algunas más fáciles.
Fuentes: Richard Deitz

No hay comentarios :

Publicar un comentario

m