miércoles, 19 de septiembre de 2012

El fin del crecimiento fácil de China

La revista Caixin desveló - con incredulidad - que los parques industriales y los megaproyectos dados a conocer por todos los escalones del sistema chino alcanzaron los 15 billones de yuanes, según algunas estimaciones. Esto es más de 2,3 billones dólares, casi cuatro veces más que el dinero extra que se inyectó después de la crisis de Lehman en 2008, una política de inversión que alcanzó un récord mundial del 49% del PIB y que ahora se considera un grave error.
Pero como Caixin también informa, las autoridades se están quedando sin el dinero fácil. El dinero ingresado por comisiones de transferencias de terrenos para las 300 ciudades más grandes del país han caído 38% en el último año.
Los ingresos de impuestos del gobierno central han crecido un 8%, pero el gasto ha aumentado un 37%. "Los buenos tiempos de unas arcas del gobierno rebosantes han terminado", dijo.
Mark Williams de Capital Economics dijo que las últimas medidas adoptadas por China son un espejismo. La mayoría de los planes ferroviarios y de carreteras ya estaban presupuestados. El gasto se extenderá durante años. Podríamos no ver más señales de estímulo durante bastante tiempo. Los proyectos fueron interesantes sólo porque el gobierno optó por darles publicidad.
China podría haber salido menos beneficiada de la crisis de las primeras economías de lo que se esperaba. La ventaja del país frente a Estados Unidos y otros países, se ha desvanecido, comenta Ambrose Evans en un artículo en The Telegraph.
Un nuevo informe de PricewaterhouseCoopers titulado "La manufactura vuelve a casa en EE.UU.", afirma ahora que es más barato para la industria de EE.UU. producir en el país, cerca de su principal mercado, que en China.
Este proceso se le conoce con el término ahora de moda de "re-shoring" - en contraposición con "offshoring" que describe el proceso de reubicación de una compañía de un país a otro. Las compañías estadounidenses vuelven a instalarse en el país para reducir los costes de transporte, costes de inventario y aprovechándose de un gas barato. La debilidad del dólar ha sido la guinda del pastel.
PwC dijo que EE.UU. ha recuperado una ventaja de costes de 2 puntos en la producción de acero frente a China, al menos para el mercado norteamericano. Su "mapa de calor" da a EE.UU. ventaja en productos químicos, metales primarios, productos eléctricos, maquinaria, papel, equipo de transporte, y madera, en ese orden.
Esto no impidió que el candidato republicano Mitt Romney acusara a China de "robar" trabajo y "manipulación cambiaria". Pero Rommey tiene que cambiar de discurso. El yuan ya no está infravalorado de una manera significativa. Nomura cree que China tendrá un déficit por cuenta corriente en 2014.
Google está construyendo su Nexus Q Music y el reproductor de vídeo en EE.UU... General Electric y Ford están cambiando a plantas de fabricación domésticas. También lo está haciendo Caterpillar, lo cual es interesante ya que su principal rival chino Sany Heavy Industry está en problemas.
Boston Consulting Group es un claro ejemplo de esta tendencia, advirtiendo desde hace tiempo de la inflación salarial en China (+16% anualmente durante una década). La brecha en la "productividad ajustada a los salarios" fue del 22% de los niveles de EE.UU. en 2005. Será del 43% (61% para el sur de EE.UU.) en 2015.
Emitió un nuevo informe la semana pasada - "El fin del fácil crecimiento" - advirtiendo que el margen de beneficio de las empresas líderes de China ha estado descendiendo desde 2009. El margen descendió al 11% el último año frente al 18% de sus rivales a nivel mundial.
El grupo estudió a 50 empresas de rápido crecimiento - entre ellas Sany - concluyendo que están en un "punto de inflexión histórico". O bien hacen los cambios necesarios para abrirse paso en las ligas mundiales como la brasileña Vale, la mexicana Cemex, o la india Wipro, o corren el riesgo de languidecer como los perdedores.
El Banco Mundial dio el mismo argumento para el país a principios de este año en un informe conjunto con el Centro de Investigaciones para el Desarrollo de Beijing. Dijo que el modelo de crecimiento impulsado por las exportaciones iniciado hace más de treinta años, ha quedado obsoleto. China, corre el riesgo de una deriva en la "trampa del ingreso medio" si no abandona sus estrategias top-down y agarra la ortiga de las reformas de libre mercado.
El primer ministro Wen Jiabao está de acuerdo, pero hay otras altas autoridades del Partido Comunista que piensan que la crisis de 2008-2009 reivindicó el control del partido a la industria y al sistema bancario.
Se podría argumentar que ese reequilibrio de costes laborales entre el este y el oeste es justo lo que el mundo necesita. La pregunta es si China puede tolerar ese brusco cambio.
"Creo que China va a experimentar una crisis económica muy grave, y creo que ya ha comenzado", dijo uno destacado economista en Foro Económico de Tiankin la semana pasada. "El gobierno está tratando ahora de estabilizar la economía, pero los instrumentos que tenemos son muy limitados. Si no se pueden cambiar las cosas, habrá un malestar social enorme y generalizado".
Hay varios grados de ralentización económica para China. "Mi propio punto de vista de una ralentización suave - basado más en la antropología que en la economía - es que el país finalmente va a salir adelante y reclamará su lugar legítimo como superpotencia mundial. La dinámica es imparable, al igual que en los EE.UU. en los años veinte."
Albert Edwards de Societe Generale - un bajista convencido - piensa que la desaceleración de China ha llegado a un punto de inflexión. La balanza de pagos entró en déficit en el segundo trimestre. Las reservas internacionales cayeron.
No olvidemos que la acumulación de reservas - el efecto secundario de mantener bajo el yuan para impulsar las exportaciones - fue la causa principal de la burbuja crediticia de China en primer lugar.
Lombard Street Research estima que la fuga de capitales alcanzó los 320.000 millones de dólares en el último año.
Lo que está claro es que los efectos más profundos de la crisis global y la larga depresión han alcanzado por fin a China. Los vientos en contra serán mayores a partir de ahora.
Fuentes: Ambrose Evans - The Telegraph

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