miércoles, 31 de julio de 2013

Condiciones laborales

Hace unos días recibí este mail (como siempre no he cambiado ni una coma):
“Resulta que hace un año y medio tuve una lesión en el hombro que no me dejaba hacer vida con normalidad, y tras medio año de sufrimiento no aguantaba más y me fui a un fisioterapeuta. Busqué en internet fisioterapeutas en mi ciudad, y fui al que mejor pinta me tuvo, así de simple. Encontré una empresa de fisioterapia, donde tienen fisioterapeutas asalariados, y una jefa que aparte de atender clientes como fisioterapeuta, también gestiona la empresa (que es suya).
La chica que me atendía, tras muchas sesiones y coger confianza, me dijo que ella siempre fue la mejor de su promoción, que estudio en una universidad privada siendo pobre, becada por la universidad para subir la media, y que recibió premios al final de la carrera por el cúmulo de resultados obtenidos. Ahora, me contaba, está cobrando 1000 € en esa empresa en A, y una cantidad variable en B, que salvo ocasión especial no supera los 600€ ¡tras casi una década de trabajo en la empresa!
Dice que lo peor es el trato de su superiora una vez que no se miran sólo esas condiciones, sino que se entra en detalles: todos los cursos de formación extra que hace se los ha de pagar de su propio bolsillo (y los día que falte al trabajo por esto se les descuentan de vacaciones, y no le deja compensarlo con horas extra), las horas extras no se les pagan, no tienen recepcionista (cobran ellos mismos a los clientes), está constantemente presionada (como sus compañeros) por los números y los ratios de fidelidad y otros factores que se inventa su jefa (y de los que en teoría depende el sueldo variable) y las cuentas las suelen cuadrar ellos (y no se si se dedican a limpieza también, no me atreví a preguntar). Aunque  lo peor vino ayer, cuando falleció un familiar muy cercano a su marido y la jefa presionó para que siguiese trabajando y que ya mañana se fuese al velatorio.
Le pregunté a ella que si no montaba una empresa o algo así, aunque fuese un negociete extra de atender en su propia casa a los clientes (en B, claro) y así tenía una pequeña prueba de lo que podría ganar por su cuenta. Ella me dijo que como están las cosas tiene demasiado miedo de que la pillen o algo así, y además la economía no anda muy bien como para andar haciendo peripecias.
Ante la idea de plantearle a su jefa el "problema"(lo pongo entre comillas porque pienso que dentro de no mucho esto ya no se considerará un problema) me dijo que lo había hecho y que esta le había dejado entrever que hay mucho paro ahora, y que básicamente hay más gente en la cola.
¿Qué piensa de esto? ¿Qué le diría a esta chica que le cuenta esta situación completamente frustrada?”
Mi respuesta:
“Que el razonamiento de su jefa es de manual de capitalismo manchesteriano del 1840, lo que pasa es que, con mejores formas, ha vuelto. La oferta de trabajo es superior a demanda de trabajo, luego quien necesita factor trabajo fija las condiciones, tanto de trabajo como salariales (no le extrañe que también tenga que limpiar su zona de trabajo y que venga una persona dos horas a limpiar lavabos y barrer pasillos). Pienso que estrujar a la plantilla es una muy mala política porque esos trabajadores, a la que puedan se irán y jamás se tendrá personal fidelizado en quien pueda confiar, pero quienes así actúan -sé de más casos- sólo se rigen por la sustituibilidad: si ‘X’ se va, hay muchos esperando, lo que es cierto; lo que dice la jefa de esa persona es verdad.
Lo que yo le diría es que, sin prisas pero sin pausas, vaya buscando otra cosa, pero que no se vaya: tiene la ventaja de que tiene trabajo y no tiene que aceptar cualquier cosa. Si es muy buena fisio (es muy difícil ser muy bueno en eso) y tiene pacientes que la reclaman y mejoras constatadas en pacientes que son tratados por ella, que se lo comente a su jefa con asiduidad. Una posibilidad intermedia, si el ambiente está superdegradado, es que se instale por su cuenta, pero para eso, insisto, ha de ser muy buena.
Que tengan que cobrar a los pacientes las/los fisios que trabajan en esas instalaciones tiene su parte buena: pueden controlar lo que cada uno ingresa y puede hacerse una idea, y a partir de ahí esta persona puede hacer los cálculos de ingresos y gastos si se instalase por su cuenta.
Lo que tiene que evitar a toda costa es un enfrentamiento, no por nada, sino porque no tiene ninguna utilidad”.
Ya lo he recomendado, vuelvo a hacerlo. Lean “Las condiciones de la clase trabajadora en Inglaterra” de Friedrich Engels. En bastantes ámbitos y adaptado al hoy actual, el mensaje está volviendo.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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