martes, 25 de febrero de 2014

Crash en 2014: Nunca verás venirlo

Una lección histórica: los crash seguirán sucediendo. La crisis de 1929 provocó la Gran Depresión. A principios del año 2000 algunos advertían de la burbuja en las punto com, pero pocos escucharon. La manía tecnológica de los años 90 llevó a Wall Street a perder 8 billones de dólares en la recesión del mercado bajista 2000-2003. Nada ha cambiado. Las alarmas volvieron a saltar desde 2004 a 2008. Y de nuevo pocos escucharon. Otro crash. Wall Street perdió aún más 10 billones de dólares.
Durante gran parte de 2013, algunos gurús advirtieron sobre la posibilidad de un crash. Pero, en diciembre, el Wall Street Journal reveló que después de 13 años en territorio negativo, sufriendo una "década perdida " en las bolsas (que duró desde el crash de 2000 a finales de 2013), los índices rompieron resistencias en los índices ajustados a la inflación.

Y aquí estamos otra vez, temiendo que se vaya a repetir un nuevo 1929 en 2014. Pero, ¿cómo podemos saber que estamos cerca de un crash bursátil? Paul B. Farrell nos da un gran consejo: Nunca confíes en un "consenso", invariablemente no sucederá.
“Si los inversores minoristas o los traders están de acuerdo en algo, debería actuar con cautela. Recuerde la conclusión de la investigación realizada por los profesores Terry Odean y Brad Barber: La mayoría de los operadores pierden dinero más del 80% de las veces. No se puede confiar en un "consenso".
Las advertencias han surgido por todos los lados durante 2013, pero nadie ha escuchado. ¿Por qué? Debido a que los inversores siguen jugando a las sillas musicales (el juego donde mientras suena la música todo el mundo baila con la esperanza de no quedarse de pie cuando se acabe el juego). A la gente le gusta el juego y la emoción, a pesar de que todos sabemos que finalmente las bolsas tocarán techo y se comenzará un mercado bajista. Pero todo el mundo cree que podrá salirse antes de que llegue ese momento.

Usted nunca oirá que se aproxima el crash... vendrá de repente
No se hará caso a los vaticinios que pronostican un crash. Una y otra vez nos olvidamos de las lecciones de la historia. Hasta que por fin una gran sorpresa nos pilla con la guardia baja. El historiador financiero Niall Ferguson lo dijo a su manera: Antes del crash, nuestro mundo parece casi inmóvil, aparentemente equilibrado. Así que cuando finalmente llega el crash - como inevitablemente vendrá - todo el mundo parecerá sorprendido. Y nuestro cerebro no parará de decirnos que no es momento de un crash.
Hasta entonces, la vida era tranquila, estábamos hipnotizados, haciéndonos vulnerables, hasta que un horrible acontecimiento como Lehman Brothers altera el equilibrio. Entonces, dice Ferguson, el crash se "acelera de repente, como un coche deportivo... como un ladrón en la noche". Golpea. Nos impacta completamente despiertos.
En el momento estamos jugando a las sillas musicales, emocionados, viviendo en la negación, convencidos de que podemos ganar un poco más antes de lo inevitable. Convencidos de que sabemos cuándo, dónde, cómo salir. Entonces, el " ladrón nocturno" de repente ataca, nos pilla por sorpresa. Incluso entonces, en nuestra negación, podemos seguir diciéndonos que sólo es otra corrección a corto plazo en un mercado alcista. Hasta que de pronto, es más que un coche... es un camión imparable.
Tanto el optimismo como el miedo son sentimientos internos. Pero las primeras advertencias sonoras vienen del exterior. Pero nuestros cerebros están programados, eligiendo y discriminado esta nueva información según nuestras antiguas creencias, prejuicios e ideologías personales, que anula invariablemente la nueva información que va en contra de nuestros pensamientos. ¿Cómo podemos explicar por qué justo antes del colapso financiero de 2008 el propio secretario del Tesoro EEUU, un veterano ex director ejecutivo de Goldman Sachs, dijera a Fortune que la economía estaba mejor que nunca? No lo estaba. Pero su fe no le dejó ver los hechos.

Pronosticando el crash. Olvídese del consenso
¿Cómo predecir un crash? El secreto está programado en su cerebro, en sus genes, en su perfil de personalidad psicológica. Harás lo que siempre ha hecho. Vas a seguir jugando tu propia versión de las sillas musicales, ya sea naturalmente alcista o bajista, eligiendo tu estrategia para adaptarla a tu tolerancia al riesgo, tus juicios, tus creencias, tus prejuicios, tus ideologías, y no basándola en los datos.
Sí, puedes leer nuevas advertencias, como "Soros dobla su apuesta bajista en el S&P 500". Puedes también doblar esa apuesta. O no hacer nada. Puedes leer a grandes gurús como Hulbert, Gross, Gundlach, Ellis, Shilling, Roubini y Schiff. Y aún así no hacer nada. O hacer algo. Al final, actuarás no tanto por todas las advertencias, los hechos, las pruebas, las predicciones, sino más bien sobre la base de un consenso interno de voces que siempre te guía desde el fondo del cerebro.
Pero cuando venga el crash, acelerándose rápidamente, cogiéndonos a todos por sorpresa, nada de esto importará. No lo vendrá venir, casi nunca sucede. Pocos lo vieron en 1929, a pesar de todas las advertencias... que no oyeron en 2000... ni en 2008... y tampoco será evidente en 2014.”

Fuentes: Paul Farrell

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