miércoles, 15 de julio de 2015

Lo único que tienes que recordar del crash de 1987

El índice Dow Jones Industrial Average se desplomó unos impactantes 508 puntos, o un 22,6%, el 19 de octubre de 1987 (el Ibex 35 descendió un 39% en este episodio). Pero tan temible como la caída fue que el crecimiento económico en Estados Unidos era bastante sólido, y nunca llegamos a ver una contracción del producto interior bruto. Si usted piensa en la crisis de 1987 en el contexto del escenario general, esa es la única cosa que hay que recordar. Y es especialmente relevante dada la volatilidad que está experimentando actualmente el mercado de valores en China.

Del mismo modo, el economista de UBS en China, Tao Wang, ve consecuencias económicas limitadas del descenso del mercado de China, dado que las acciones sólo representan alrededor del 12% de la riqueza financiera de los hogares chinos y hay pocas evidencias que sugieran una correlación sustancial entre el consumo y los precios de las acciones.

Recurriendo a una página del libro del ex presidente de la Fed Alan Greenspan - donde señala que la flexibilización fue la respuesta inmediata de la Reserva Federal a la dislocación del mercado de valores de 1987 - las autoridades chinas han emprendido una serie de medidas de apoyo esperando que, al igual que sucedió en Estados Unidos en 1987, la actividad económica continúe desarrollándose a buen ritmo.

Además, y como ya hemos comentado en esta columna en anteriores artículos, los últimos estudios sugieren que los crash bursátiles suelen dar lugar a recesiones menos graves que crash de la vivienda o una crisis de crédito.

Algo importante fue el estudio de Darío Perkins, de Lombard Street Research, comparando el efecto sobre el PIB de la caída de las puntocom y de la crisis de hipotecas de alto riesgo. En ese estudio demostró que el PIB siguió aumentando durante el primer caso, ya que no afectó a los precios de la vivienda.

Los desplomes bursátiles producen miedo y sufrimiento. Pero si se piensa en términos de economía, hay cosas más temibles por ahí.

Fuentes: UBS, Lombard Street, Business Insider

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