lunes, 2 de noviembre de 2015

China: “No hay quien se crea los datos oficiales”

El Partido Comunista chino elaboró la pasada semana un nuevo plan quinquenal para su economía. Los titulares que más llamaron la atención fue el abandono de su programa de natalidad del “hijo único”, y la aspiración a duplicar el PIB per cápita del país en el 2020.
Para esto último se marcará un objetivo de crecimiento medio/alto para los próximos cinco años, promoviendo una mayor sofisticación del sector industrial, y aumentando significativamente la contribución del consumo al crecimiento del país.

El gobierno chino está tratando de reformar y reestructurar su actual economía de bajo valor añadido y mano de obra barata, a una basada en el consumo interno, en la que la especialización gane cada vez más peso. Un movimiento similar al que EE.UU. implantó hace décadas con tanto éxito.
Ahora bien, ¿desde dónde partimos? La mayoría de especialistas en la región no creen las estadísticas oficiales, y hay motivos fundados para no hacerlo.
La tasa de crecimiento oficial del PIB es del 6,9%, algo que muchos consideran excesivamente elevado teniendo en cuenta las medidas de reactivación que está implando el Banco Popular de China, como bajar los tipos por sexta vez consecutiva en el último año, situándolos en el nivel más bajo de las últimas dos décadas.
El prestigioso analista Wolf Richter señala que existe cierta incoherencia entre los datos económicos publicados por el gobierno chino, y los que presentan los líderes de los sectores más representativas.
Zhu Jimin, jefe adjunto de la Asociación de Hierro y Acero de China, declaró recientemente que: “La demanda de acero en China está cayendo a una velocidad sin precedentes por la desaceleración económica del país”. La demanda de acero se redujo en un 8,7% en septiembre en tasa interanual. Las acerías del país tienen enormes problemas de deuda en un escenario de sobrecapacidad global.
Más datos. La fabricación y ventas de automóviles, que ha impulsado a China como el mayor mercado del mundo con crecimientos anuales de doble dígito, comenzó a caer a partir de este verano.
El sector automovilístico es un gran empleador, y empieza a sufrir de la misma sobrecapacidad que el sector siderúrgico.
Wolf Richter da más ejemplos: Las dos mayores compañías petroleras del país han ofrecido un sombrío panorama de la demanda del consumidor en los últimos resultados trimestrales. Las ventas totales de la mayor refinería del país cayó un 3,4% en el último trimestre con respecto al mismo periodo del año anterior. La caída de las ventas nacionales fueron aún peores, un total del 4,2%. Las ventas de la segunda compañía del sector cayeron un 2% en el último trimestre.
Otro ejemplo: El consumo de diésel en China, utilizado como indicador de la actividad del transporte de mercancías, ha sido débil en los dos últimos años. A pesar de que el gobierno del país ha dado múltiples razones para justificar esta debilidad, el hecho es que la ralentización económica y la reducción del consumo ha provocado una disminución del transporte de mercancías. Caída que podría incrementarse aún más en el futuro cercano.
Podríamos seguir poniendo ejemplos de la divergencia que hay entre las cifras de crecimiento publicadas por los organismos oficiales chinos, y los datos de las principales industrias del país. Esta divergencia es la que justifica la afirmación que tanto se escucha ahora en el mercado para referirse a la situación en China: “No hay quien se crea los datos oficiales”.

fuente: http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/china_no_hay_quien_se_crea_los_datos_oficiales

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