martes, 12 de enero de 2016

“En 2009/2015 las emisiones de papel empresarial han sido de 219.000 millones ¿Quién lo pagará?...”

"Aquellos vientos, trajeron estos lodos. La barra libre montada por los bancos centrales, los famosos QE, ha sido aprovechado por grandes y medianas empresas para disparar contra todo lo que se movía. Para crecer, cuando tocaba adelgazar. Para ser más ineficientes y menos rentables. Es decir, justo lo contrario de lo que se pretendía. En España, además del ladrillazo, previo a la Gran Crisis han ido cayendo imperios familiares como fichas de dominó, fruto de los excesos del endeudamiento y de la pésima gestión del mismo: Pescanova, Abengoa, FCC, Sacyr y otros más. Según datos del Banco de España, Entre 2009/2015 las emisiones de papel empresarial de más de un año ha sido de 219.000 millones de euros frente a los 100.000 millones de euros del periodo 2003/2008.  La mayor parte de estas emisiones fueron con un grado de inversión, cuando a partir de 2012 hemos visto emisiones de mayor riesgo pero con un peso superior al 20 % del total. La pregunta que unos y otros nos venimos haciendo es ¿Quiénes pagarán tanto dispendio, tanta borrachera crediticia? La respuesta ya la tenemos en la actualidad: accionistas que se quedan desplumados, accionistas que no entienden como valores considerados sólidos, valores de toda la vida, se van a pique en unos segundos de contratación y, por supuesto, los bancos. Más papel, más deudas, más basura. Ahora lo relevante es saber si esta historia de pánico, miedos y disparates ha terminado ya o si hay más protagonistas escondidos detrás de las matas", me dice el CEO de un banco anglosajón
 

Hace unos días, José Luis Martínez Campuzano escribía: ¿Qué es mejor entre préstamos bancarios o emisión de renta fija? Naturalmente, me dirán que lo que sea más eficiente. Pero, los dos lo pueden ser. De hecho, si hablamos de una cierta estabilidad en el canal de financiación quizás deberíamos considerar a la banca.

Pero, sin despreciar las ventajas en términos de precio y liquidez (cíclicos) de la financiación a través del mercado.

Durante la Crisis, una Crisis con origen financiero y profundidad económica, hemos visto sin duda las ventajas de la financiación del mercado. Especialmente cuando los bancos centrales se han convertido en garantes de su liquidez y profundidad, al mismo tiempo que pedían ajustes a la banca.

El proceso ha sido claro: mayor peso de la financiación del mercado (también podríamos hablar de la banca en la sombra) frente al préstamo de la banca. Y especialmente en Europa, donde inicialmente el peso de la financiación bancaria era del 80 % del total. Ha perdido más de 10 puntos durante la Crisis: equivalente a la reducción de deuda bancaria de más de 3 puntos del PIB y apelación al mercado por más de 5 puntos.

Un artículo publicado por el Banco de España en su Informe Económico de diciembre analiza todo este Proceso.

De él obtengo la siguiente información.

Entre 2009/2015 las emisiones de papel empresarial de más de un año han sido de 219 bn. frente a los 100 bn. entre 2003/2008.  La mayor parte de estas emisiones fueron con un grado de inversión, cuando a partir de 2012 hemos visto emisiones de mayor riesgo pero con un peso superior al 20 % del total.
La emisión de este papel ha sido generalizada en la zona, aunque es cierto que en mayor medida relativa en aquellos países de mayor tradición como sería Francia.

Y mayor emisión de empresas de tamaño medio y grande, con coste de financiación incluso ya en 2014 ligeramente por debajo de los nuevos préstamos de la banca. 

Pero, ¿podemos decir que este desarrollo es sostenible? Como decía al principio, es complicado encontrar un equilibrio entre ambas fuentes de financiación a través del mercado y de la banca. Por otro lado, a las autoridades les inquieta el fuerte crecimiento reciente en unas condiciones de mercado favorables difícilmente consistentes en el tiempo. Pero, hay otras cuestiones también importantes. Me refiero a los problemas de información asimétrica que resuelven las entidades financieras (conocer al cliente) y no tanto en el caso de la financiación del mercado. Salvo, naturalmente, que las empresas se hagan asiduas de este tipo de financiación. Con todo, el control del riesgo pasa a ser prioritario por parte de los demandantes de este papel. Como lo es para la  banca.
 

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