jueves, 26 de mayo de 2016

EE.UU. soportará las subidas de tipos, el resto del mundo no

Cada vez está más asumido que la Reserva Federal de EE.UU. subirá sus tipos en junio o julio. De hecho, los inversores empiezan a descontar de forma positiva que esta subida sea debida a una mejora de la economía del país y de la caída de la incertidumbre global. Por ahí todo parece correcto.
Ahora bien, hay un hecho que parece estar pasando desapercibido para el mercado: El aplanamiento de la curva de tipos en EE.UU.
La curva de rendimiento es utilizada para adivinar la evolución económica, y ahora nos está diciendo que el mundo no puede manejar un alza en la subida de tipos, incluso si América sí pueda. Así lo afirma Ben Eisen en el Wall Street Journal. Eisen señala:

La diferencia entre la rentabilidad de los activos de corto y largo plazo del Tesoro de EE.UU. es ahora la más pequeña desde finales de 2007. Se sitúa en el 0,92% casi la mitad del nivel en el que estaba el diferencial en agosto de 2014. Cuando la diferencia entre la rentabilidad del 2 y 10 años se estrecha es a menudo vista como una señal negativa para el crecimiento económico, mientras que la ampliación es un signo positivo.
Pero este mecanismo de señalización ha cambiado en los últimos años. Las tasas a corto se han movido al alza ante las expectativas de incremento de tipos por parte de la Reserva Federal, mientras que los rendimientos a largo plazo han estado cayendo por la fuerte afluencia de compradores extranjeros que buscan escapar de los rendimientos negativos en sus propios países.
Entonces, ¿qué trata de decirnos la curva de rendimiento?, se pregunta Eisen.
El analista Ed Yardeni, de Yardeni Research Inc., da una posible explicación: “Mientras que la economía de EE.UU. puede manejar una normalización gradual de la política monetaria en el país, el resto del mundo no puede hacerlo”.
El motivo es que las economías mundiales son ahora más interdependientes que nunca. Si EE.UU. eleva sus tipos, aumentará el coste de endeudamiento y las condiciones financieras se harán más estrictas. Esto se extenderá a nivel mundial por el efecto de la globalización, y mientras que las saludables compañías estadounidenses pueden soportar mayores cargas financieras, otras de economías más débiles lo harán difícilmente o simplemente no podrán. Este es el escenario que temen los inversores que suceda principalmente en los países emergentes, y sobre todo en aquellas empresas que están endeudadas en dólares.
En resumen, la Fed retomará en junio, julio o a más tardar en septiembre, la senda de la subida de tipos. Será el reflejo de la mejora de las condiciones económicas y laborales en el país. Las empresas podrán soportar un mayor coste financiero pues el escenario macro nacional es favorable. Pero esta tensión financiera se trasladará a otros países cuya situación económica no es tan favorable. Sus empresas sufrirán si la subida de tipos es demasiado pronunciada, y eso valdrá para empresas europeas, asiáticas o latinoamericanas. 

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